Entre piedras y caminos se moldea el patrimonio arquitectónico y natural de una localidad. Piedras para ver y tocar y andar sobre ellas; caminos para pasear mientras aprecias el entorno que han configurado el trabajo en piedra, tras las lomas, tras los campos, tras los pasos.
En Santa Eulalia, tras llanos entre verdes y ocres, se entra en un conjunto arquitectónico con su propia historia aragonesa. Son muchas las casonas que componen su espacio urbano, de las que todavía hoy se conservan seis piedras armeras enclavadas en otras tantas casonas.
Cabe destacar, la cruz de término situada al lado de la Iglesia de la Inmaculada, labrada en piedra y con un apostolado al pie, data de 1566. El peirón de la Virgen del Pilar situado en la Carretera Pozondón, las diferentes capillas situadas en diferentes calles de la localidad, el molino harinero en las inmediaciones de la Ermita del Molino y la chimenea de la antigua fábrica azucarera.